Tu Sacerdocio
Tu Culto al Altísimo
Tu primera prioridad de cada día es adorar a Dios. Alabar y adorar a Dios es la razón de ser de cada persona. Debes comenzar en las mañanas, al abrir tus ojos, que tus primeros pensamientos y palabras sean de adoración, alabanza y gratitud a Dios.
Comienza hoy la rutina de ejercicios espirituales, con breves oraciones y conversaciones con Dios al menos tres veces cada día: temprano en las mañanas, al mediodía o en las tardes, y antes de acostarte a dormir.
Haz de esta rutina espiritual tu ejercicio diario para fortalecer tu fe.
Tu eres la Iglesia…
Tu Servicio al Prójimo
Tu servicio al prójimo es el segundo eje de tu desarrollo espiritual y servicio a Dios. Un buen sacerdote es aquel que sirve al prójimo. Servir al prójimo es ser útil a aquél que está a tu lado, o a aquella persona que es parte de tu comunidad, o también a aquella persona que sin ser de tu comunidad es parte de tu vida pues Dios la ha puesto en tu camino. Estas personas necesitan de Dios y necesitan de ti, eres el vehículo que El Altísimo ha puesto en su camino para bendecirlos… para ser instrumento de Dios en sus vidas.
No recogemos ofrendas …más bien exhortamos a ofrendar directamente al prójimo, bendiciendo sus vidas con alimento, abrigo, albergue y acompañamiento. Así que atrévete ... dá el primer paso, busca a una persona que necesite tu ofrenda y haz el bien con éste, tu prójimo.
Aun así, si deseas cooperar con nuestro ministerio, te exhortamos a enviar tu aportación a nuestro albergue St. Marks Abbey. También puedes buscar nuestra página para que puedas comprar y disfrutar de algunos de nuestros artículos que llevan impreso nuestros más impactantes mensajes de fe.
Tu eres la Iglesia…
Tu Oración Personal
Tu tercer eje es la oración personal cotidiana, que sirve de instrumento para desarrollar tu relación personal con Dios y continuar creciendo en los caminos de la fe.
La oración personal cotidiana es el anclaje que necesitas para estar siempre conectado a la voluntad de Dios, que te prepara para enfrentar los retos que la vida te presenta y te sostiene para sobrellevar las amenazas de los que están en contradicción con la fe cristiana.
En la disciplina de la oración diaria encuentras la oportunidad de una relación continua con Dios, el desarrollo de tu ministerio en la fe y la oportunidad de cultivar una vida cotidiana balanceada y llena de entusiasmo para vivir plenamente.
Busca cultivar la vida de oración y encontrarás el equilibrio para tu vida.
Tu eres la Iglesia…